Salud
mental
Aumento del estrés genera violencia
Crisis, angustia,
violencia, intolerancia protagonizan la sociedad actual. El estrés se ha
convertido en la causa principal de las patologías psicóticas en la última
década.
La salud
mental es un componente fundamental e inseparable del bienestar y está
directamente relacionada con la integridad personal, familiar y comunitaria,
aunque muchas veces sea subestimada frente a la salud física. En Venezuela al
igual que otros países, el progreso
económico, las transformaciones sociales y el incremento de la longevidad han
estado acompañados de un aumento en la problemática psicosocial.
Se
desprende de esto una serie de actitudes en la sociedad, que terminan afectando
de manera directa o indirecta a individuos que simplemente son perjudicados por
el hecho de estar en el entorno del
otro. La violencia juega un papel fundamental en la actualidad y día a día deja
cifras alarmantes que atentan contra la integridad humana.
Venezuela
registró una tasa de 48 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2010, según
el ministro de Interior Tareck El Aissami, lo cual lo convierte en el país más
violento de América Latina. La causa principal de este fenómeno deriva de la
crisis e inestabilidad de la humanidad, siendo rasgos propios de la actualidad.
Una
consecuencia que es determinante en
la manera que se está viviendo en la
actualidad, es el estrés, que es la respuesta automática y natural del cuerpo
ante las situaciones que resultan amenazadoras o desafiantes.
En
la vida y el entorno en constante cambio, se exigen continuas adaptaciones; por
tanto, cierta cantidad de estrés es necesaria;
el problema radica cuando se
pierde el control de sí mismo e influye en la sociedad peligrosamente. Sin
embargo, existen factores que son
concluyentes en cuanto a las causas o el origen de esta situación.
Estrés
que domina la sociedad
La
psicóloga Naylú Vergel, hace referencia a que la base de todo está en la
familia, y que esta cumple un papel fundamental en el estado mental de los
individuos que por lo general llevan consigo un ADN psicológico, cargado de
miedos e inseguridades en la mayoría de los casos.
“Se
ha incrementado notoriamente la tensión que por aspectos variantes como el trabajo, grupo familiar, situación del
país; el problema empieza a extenderse desde las figuras más simbólicas para
los individuos, como los padres, jefes, gobiernos, entre otros”. Asegura
vergel.
Describe
también a cada sujeto como una esponja que va absorbiendo y arrastrando
vivencias o sentimientos desde los primeros 10 años de vida, edad trascendental
en el aprendizaje de cualquier ser humano, que puede manifestarse más adelante
con ciertos trastornos mentales producidos por el estrés.
El
estrés del día a día
Las presiones
habituales que se tienen que afrontar en la vida cotidiana se convierten en un
elemento rutinario de la sociedad. El estrés es una reacción fisiológica que forma
parte de la vida de un gran número de individuos.
Cuanta
más práctica se tiene para afrontar los desafíos cotidianos, más preparada está
la sociedad para afrontar cualquier tipo de prueba. Y, cuanto mejor se sabe
afrontar, menos estresado puede sentirse el individuo.
“Es como cuando se aprende a montar en
bicicleta siendo niños: los pequeños huecos de la carretera nos pueden asustar
bastante cuando vamos inseguros porque todavía estamos aprendiendo. Pero,
cuantos más huecos pasamos, más seguros nos sentimos. Y, sin darnos cuenta,
acabamos aprendiendo a mantener el equilibrio y a controlar bien la bicicleta”,
explicó el Psiquiatra Antonio Arellano – del Instituto de Rehabilitación Psiquiátrico
“Dr. Raúl Castillo”.
El
estrés cotidiano ayuda a tomar
conciencia sobre una situación que requiere de importante atención, se debe bajar
el ritmo de la cotidianidad, tranquilizarse y concentrarse para estar a disposición
de soluciones. “En cuanto nos ponemos manos a la obra para encontrar una forma
de resolver el problema, la presión y el estrés se suavizan”, puntualizó
Arellano.
Situaciones
complicadas
Aparte
del estrés cotidiano, está el estrés provocado por situaciones vitales
complicadas, aquellas que plantean importantes desafíos pero no ocurren cada
día, no se tiene tanta práctica para abordar este tipo de factores estresantes.
Un
cambio de residencia, un divorcio, la ruptura dolorosa de una relación
sentimental, la muerte de un ser querido, emociones difíciles, conflictos
familiares; todas estas cosas pueden provocar un estrés que tarda más tiempo en
remitir.
Puede
dar la impresión de que los sentimientos que acompañan a estas situaciones estresantes
no desaparecerán nunca, pero las habilidades de afrontamiento que hemos ido
construyendo al afrontar el estrés cotidiano pueden entrar en juego y ayudarnos
mucho, incluso sin que nos demos cuenta.
“El
estrés asociado a las situaciones difíciles es más fuerte y dura más que el estrés
cotidiano. Puede ayudar mucho aprender cosas sobre cómo otras personas han
abordado situaciones similares, hablar sobre lo que estás pasando con una
persona cercana y pedir apoyo u orientación para que te ayuden a encontrar una
solución, o a afrontar o adaptarte a una nueva situación específica”, expresó José colmenares Ricci, Psiquiatra del
Centro Clínico Uribante.
De cualquier
modo, a veces el estrés es demasiado fuerte, la persona afectada carece de las
habilidades necesarias para hacerle frente o el problema que debe afrontar es
demasiado importante. Entonces es cuando el estrés puede convertirse en algo
grave.
Estrés
grave
El
estrés grave pude surgir cuando una persona tiene que afrontar una crisis
personal, una catástrofe, un grave problema de salud o una enfermedad mental
asociada a pérdida de control.
Algunas
de las cosas que pueden llevar a la gente a experimentar estrés grave son las
siguientes:
Situaciones
donde el dolor persiste, llevando a la persona a un estado de miedo y
vigilancia constantes. Cuando la gente vive situaciones de acoso escolar o
de malos tratos familiares, nunca sabe cuándo la violencia volverá a mostrar
sus garras. El hecho de atravesar este tipo de situaciones puede desgastar la respuesta
al estrés y exponer al individuo a una sobrecarga del mismo.
El
estrés lleva a la gente a perder el equilibrio emocional y a reaccionar de
forma autodestructiva. A veces la gente reacciona al estrés de formas que
le provocan todavía más estrés o dolor, como auto-infligirse cortes, escaparse
de casa o consumir drogas y alcohol.
El
estrés se acumula o bien llega tan de repente que lleva a la gente a sentir
miedo, a experimentar que todo le supera o a sumirse en una depresión. Cuando
el estrés empieza a interferir con la capacidad de disfrutar de la vida
cotidiana, ha de considerarse grave.
El trastorno por estrés
postraumático (o TEPT) es un ejemplo de estrés grave e intenso. El trastorno
por estrés postraumático es un tipo específico de reacción de estrés que está
provocado por un suceso traumático tan intenso que anula completamente la
capacidad de la persona para hacerle frente.
“Cuando tu estrés sea grave,
puede ayudarte mucho enfocarlo, teniendo en mente las siguientes ideas:
·
No ignores un problema importante esperando
que desaparezca por sí solo. Pide ayuda para averiguar cómo afrontarlo. Cuando
el estrés se acumula hasta el punto de resultar imposible de manejar, no
siempre se consigue ver la forma de superarlo ni tener una respuesta clara
sobre cómo actuar. En estos casos, lo más probable es que necesites ayuda para
abordar las situaciones que te están provocando estrés. Entonces es cuando
deberías acudir a uno de tus padres, un orientador escolar, un terapeuta, una
figura religiosa, un profesor o alguien en quien confíes para pedirle ayuda.
·
Esfuérzate para desarrollar mecanismos de
afrontamiento. Aborda el estrés cotidiano planteándote pequeños objetivos y
dividiendo las tareas largas y complejas en fragmentos de menor tamaño. Así
tendrás menos probabilidades de sentirte agobiado y el hecho de ir consiguiendo
cosas pequeñas te ayudará a sentirte mejor. No tires la toalla.
·
Sé amable contigo mismo. Las prácticas
que ayudan a fomentar el bienestar y la felicidad permiten sobreponerse incluso
a los mayores desafíos. Meditar, encontrar cosas que agradecer, hacer lo que te
gusta, codearte con gente positiva y reconocer lo bueno que tienes en ti mismo
te pueden ayudar a desarrollar la resistencia interior y a inclinar la balanza
hacia una dirección más positiva” especificó Vergel.
Las
diversas manifestaciones de estrés tienen un tiempo de formación prolongado, es
decir se trata de una acumulación de fuerzas negativas que en algún momento
llegan a un límite y buscan la manera de exteriorizarse, lo que deja claro que
no puede resolverse de la noche a la mañana, asegura Vergel.
“Existe una gran variedad de
trastornos que son originados por tanto
estrés y el más común, que parece estar a la orden del día y prevalece en la
juventud es el trastorno de la ansiedad, que es un miedo extremo acompañado de
nerviosismo constante que hace vulnerable a la persona y capaz de actuar de
manera violenta con mayor facilidad”, puntualizó la Psicóloga Vergel.
Calidad
de vida
La
calidad de vida según Antonio Arellano, marca de manera determinante el
comportamiento de la sociedad.
Refiriéndose
a Abraham Maslow y la pirámide -Autorrealización, reconocimiento, afiliación,
seguridad y fisiología- “una teoría psicológica propuesta en su
obra: Una teoría sobre la motivación
humana, habla de darle una jerarquía a las necesidades humanas y defiende
que conforme se satisfacen las necesidades más básicas, los seres humanos
desarrollan necesidades y deseos más elevados, que de no ser eficaz afecta de
manera directa la actitud o salud mental de la sociedad”.
Señala
también lo que en su juicio sucede en la sociedad venezolana:
“Se
vive una escases hasta en los productos básicos – combustible, leche, entre
otros-y cuando se toca la parte débil
del individuo, es inevitable tener angustia, depresión, tristeza que lleva a
tener niveles altos de estrés que producen hormonas o sustancias químicas en el
organismo totalmente negativas que van
convirtiendo a las personas en irritables y que hace fácil responder de mala
manera y estar predispuestos al momento de actuar con los demás”
Violencia
experimental
Un
aumento del estrés genera violencia y ambos se refuerzan recíprocamente, según
una investigación realizada con ratas, unos animales cuya neuropsicología es
muy similar a la humana. La investigación ha determinado también que el estrés
no sólo conduce a la huída, sino que prepara al cuerpo para el combate, así como
que la violencia puede desencadenarse mediante estimulación cerebral, sin que
medie circunstancia de peligro alguna.
Este
descubrimiento sitúa la clave para detener el ciclo natural de la violencia en
el sistema nervioso. Su investigación aparece publicada en la revista
Behavioral Neuroscience.
Usando
53 ratas del sexo masculino, los neurólogos comprobaron que un aumento del
estrés genera violencia y que detener el ciclo de la violencia se encuentra en
el sistema nervioso.
Los
resultados de esta investigación se consideran especialmente significativos
para ayudar a los psicólogos a buscar fórmulas capaces de romper este circuito
natural de la violencia, origen de numerosas tensiones sociales y familiares,
así como para tratar la violencia patológica.
Eso
puede explicar también por qué un mal día en la oficina, que ha desencadenado
la hormona de la tensión en una persona, culmina con una explosión de violencia
en casa, que terminan pagando la esposa o los hijos de la persona estresada.
Asimismo, la investigación explica finalmente por qué una persona que
habitualmente es tranquila, al sufrir determinadas presiones se vuelve violenta
y agresiva.
Hoy
por hoy, se habla de un nivel de tensión en el que el individuo participa involuntariamente,
y hace reflexionar si es que la sociedad está hecha para actuar así, es
cuestión de la pérdida de tolerancia y valores o si simplemente con medidas de
reconciliación puede mejorarse.
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