“Un
hombre, por regla general, le debe muy poco al entorno donde nació. Un hombre
es lo que él hace de sí mismo”
“Por favor, venga, señor Watson, le necesito.”
(Primeras palabras dichas por teléfono)
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El origen de un talento innato
Inteligente,
decidido, noble, filántropo; así se puede describir a aquel hombre nacido el 3
de Marzo de 1847, en Edimburgo, capital y segunda ciudad más grande de Escocia: Alexander Graham Bell, quien se convirtió
en científico, inventor y logopeda británico. Cuyo nombre fue producto de una súplica
a su padre al querer tener dos, como sus hermanos, y que con motivo a su undécimo
cumpleaños, se le permitió adoptar, “Graham”, fruto de la gran admiración que
le tenía su padre a un amigo Canadiense de la familia, llamado de igual forma.
Dio
clases a sordomudos y divulgó el sistema de lenguaje visible, desarrollado por
su padre, el educador Alexander Melville Bell. Graham demostró cómo se
utilizaban los labios, lengua y garganta en la articulación del sonido. Fundó
en Boston, una escuela para sordomudos, que después formo parte de la
Universidad donde fue profesor de fisiología vocal. Durante su estancia en Boston
se enamoró de una alumna, quien lo impulsó a continuar sus investigaciones, con
ella se casó en 1877.
Su irremediable
pasión por el escucha y el habla no surgió en vano, su madre y su esposa eran
sordas; su padre, abuelo y hermano estuvieron siempre relacionados con la locución
y el discurso, lo que influyó enormemente en su trabajo y vida.
Fama, elite: Sus principales
inventos
Fue desde
los 18 años que Alexander trabajó en la idea de la transmisión del habla; en
1874, mientras trabajaba con un telégrafo múltiple, desarrolló la idea de lo
que sería el teléfono. Thomas Watson fue su colaborador y el 10 de marzo de
1876 concluyeron los experimentos, y dio a conocer su invento durante una
demostración en la Exposición del Centenario en Filadelfia, con invitados como
la Reina Victoria I del Reino Unido, William Thomson, primer barón Kelvin y el
emperador Pedro II de Brasil, adueñándose al día siguiente de los titulares de
la prensa a nivel mundial.
Graham
tuvo que entrar en juicio por la patente del teléfono, ya que Antonio Meucci salió
a relucir con algunas pruebas que aparentemente decían que había sido el
inventor, pero por problemas de dinero no había podido comprar la patente; sin
embargo, Bell ganó. La expansión rápida por todo el mundo, de tan interesante
transmisor de la palabra, dio renombre universal a Graham Bell.
Adoptó la nacionalidad estadounidense en 1882; fue
cofundador de la National Geographic Society; fundador de la revista Science
(1883). A finales del siglo XIX y principios del XX, Graham Bell incursionó en
la aeronáutica e investigó con grandes papalotes y cometas, incluso con la
capacidad de transportar a una persona; con un grupo de socios, desarrolló el
alerón del ala de un avión que permite controlar el balanceo. También inventó
un dispositivo de aterrizaje de tres ruedas, el precursor del sistema que
utilizan los aviones en la actualidad para despegar y aterrizar en un campo de
aviación. Posteriormente aplicaron los principios de la aeronáutica a la
propulsión náutica, presentaron el hydrodrome, el barco más rápido del mundo
durante varios años.
Duración de la vida y condiciones relacionadas con la
longevidad, es el título del libro que publicó en 1918, en el que dio a conocer
sus investigaciones sobre las causas y herencia de la sordera y sus
experimentos en eugenesia, incluida la cría de ganado.
Un poco mas de “Aleck”
Un poco mas de “Aleck”
Aleck, así lo llamaba su padre en el entorno
familiar, heredó de su madre características sensitivas y un talento particular
hacia el arte, la poesía y la música, tocaba piano sin jamás
haber recibido clases, al mismo tiempo tenía grandes cualidades respecto a la
ventriloquia, era quien amenizaba las
reuniones familiares. Tuvo dos hijas. Sus dos hermanos mueren de Tuberculosis,
al igual que su padre. En principio no fue un alumno destacado en la escuela,
incluso obtenía notas mediocres, siempre mostró significativo interés en las
ciencias, particularmente en la biología. Pero años más tarde, cuando estuvo
viviendo con su abuelo, nació un amplio interés por el aprendizaje y pasaba la
mayor parte del tiempo investigando.
Alexander Graham Bell, muere el 2 de Agosto de
1922, en Nueva Escocia, una de las 10 provincias de Canadá, a los 75 años.