viernes, 3 de agosto de 2012


“Un hombre, por regla general, le debe muy poco al entorno donde nació. Un hombre es lo que él hace de sí mismo”
“Por favor, venga, señor Watson, le necesito.”
(Primeras palabras dichas por teléfono)

El origen de un talento innato

Inteligente, decidido, noble, filántropo; así se puede describir a aquel hombre nacido el 3 de Marzo de 1847, en Edimburgo, capital y segunda ciudad más grande de  Escocia: Alexander Graham Bell, quien se convirtió en científico, inventor y logopeda británico. Cuyo nombre fue producto de una súplica a su padre al querer tener dos, como sus hermanos, y que con motivo a su undécimo cumpleaños, se le permitió adoptar, “Graham”, fruto de la gran admiración que le tenía su padre a un amigo Canadiense  de la familia, llamado de igual forma.
Dio clases a sordomudos y divulgó el sistema de lenguaje visible, desarrollado por su padre, el educador Alexander Melville Bell. Graham demostró cómo se utilizaban los labios, lengua y garganta en la articulación del sonido. Fundó en Boston, una escuela para sordomudos, que después formo parte de la Universidad donde fue profesor de fisiología vocal. Durante su estancia en Boston se enamoró de una alumna, quien lo impulsó a continuar sus investigaciones, con ella se casó en 1877.
Su irremediable pasión por el escucha y el habla no surgió en vano, su madre y su esposa eran sordas; su padre, abuelo y hermano estuvieron siempre relacionados con la locución y el discurso, lo que influyó enormemente en su trabajo y vida.

Fama, elite: Sus principales inventos

Fue desde los 18 años que Alexander trabajó en la idea de la transmisión del habla; en 1874, mientras trabajaba con un telégrafo múltiple, desarrolló la idea de lo que sería el teléfono. Thomas Watson fue su colaborador y el 10 de marzo de 1876 concluyeron los experimentos, y dio a conocer su invento durante una demostración en la Exposición del Centenario en Filadelfia, con invitados como la Reina Victoria I del Reino Unido, William Thomson, primer barón Kelvin y el emperador Pedro II de Brasil, adueñándose al día siguiente de los titulares de la prensa a nivel mundial.
Graham tuvo que entrar en juicio por la patente del teléfono, ya que Antonio Meucci salió a relucir con algunas pruebas que aparentemente decían que había sido el inventor, pero por problemas de dinero no había podido comprar la patente; sin embargo, Bell ganó. La expansión rápida por todo el mundo, de tan interesante transmisor de la palabra, dio renombre universal a Graham Bell.

Adoptó la nacionalidad estadounidense en 1882; fue cofundador de la National Geographic Society; fundador de la revista Science (1883). A finales del siglo XIX y principios del XX, Graham Bell incursionó en la aeronáutica e investigó con grandes papalotes y cometas, incluso con la capacidad de transportar a una persona; con un grupo de socios, desarrolló el alerón del ala de un avión que permite controlar el balanceo. También inventó un dispositivo de aterrizaje de tres ruedas, el precursor del sistema que utilizan los aviones en la actualidad para despegar y aterrizar en un campo de aviación. Posteriormente aplicaron los principios de la aeronáutica a la propulsión náutica, presentaron el hydrodrome, el barco más rápido del mundo durante varios años.

Duración de la vida y condiciones relacionadas con la longevidad, es el título del libro que publicó en 1918, en el que dio a conocer sus investigaciones sobre las causas y herencia de la sordera y sus experimentos en eugenesia, incluida la cría de ganado.


Un poco mas de “Aleck”



Aleck, así lo llamaba su padre en el entorno familiar, heredó de su madre características sensitivas y un talento particular hacia el arte, la poesía y la música, tocaba piano sin jamás haber recibido clases, al mismo tiempo tenía grandes cualidades respecto a la ventriloquia,  era quien amenizaba las reuniones familiares. Tuvo dos hijas. Sus dos hermanos mueren de Tuberculosis, al igual que su padre. En principio no fue un alumno destacado en la escuela, incluso obtenía notas mediocres, siempre mostró significativo interés en las ciencias, particularmente en la biología. Pero años más tarde, cuando estuvo viviendo con su abuelo, nació un amplio interés por el aprendizaje y pasaba la mayor parte del tiempo investigando.

Alexander Graham Bell, muere el 2 de Agosto de 1922, en Nueva Escocia, una de las 10 provincias de Canadá, a los 75 años.